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sábado, 23 de agosto de 2008

El futuro europeo frente al gigante ruso



JOSÉ MANUEL ARECES

El reciente conflicto en la lejana Osetia del sur, más allá de la gravedad de los acontecimientos bélicos, que han molestado a todas las cancillerías europeas, supone un posicionamiento estratégico por parte de Rusia, una nueva vuelta de tuerca de un gigante, que lejos de estar derrotado y vencido, pretende manifestarse ante la escena internacional como gran potencia.

La mayor parte de los europeos tienen una extraña imagen de la federación rusa. Generalmente se piensa que es un cascarón vacío, con tremendos problemas económicos, separatismos regionales, mafias que todo lo dominan y poca relevancia en el escenario internacional. Lo cierto es que Rusia ha logrado una gran recuperación económica gracias a sus recursos naturales y la demanda energética del norte de Europa. Rusia posee el mayor ejército del continente y no ha parado de modernizarlo, y continúa siendo una potencia nuclear. El ciudadano ruso, fuera de la imagen borrosa que de el poseemos, siente un gran patriotismo, que en nada tiene que ver con el nihilismo moral que impera en occidente, los rusos aspiran sinceramente a la grandeza nacional y Vladimir Putin, como cualquier lider, es fiel reflejo del sentir popular en ese aspecto.

Lejos de ser un gigante con pies de barro, más bien el gobierno ruso está avanzando lentamente hacia un crecimiento económico y militar, que le permita hablar de tu a tu al resto de las naciones representadas en el selecto club del G8, y está muy cerca de lograr sus pretensiones.

Uno de los principios, que la mentalidad de los burócratas europeos no logra asimilar, es la conciencia de destino histórico de algunos pueblos, tal es el caso de Alemania, Francia y la propia Rusia. Probablemente son las tres únicas naciones europeas que, merced a su sentido de destino histórico, a su conciencia de motores continentales, han logrado entenderse gracias a ello. Existe un acuerdo tácito y una compleja red de intereses históricos entre estas tres naciones que las mantiene en permanente alianza, salvando una serie de conflictos históricos. La federación rusa es el principal proveedor energético de la locomotora alemana, y Alemania tiene en Rusia, no ya un gran cliente para su industria, sino también la sede de muchos de sus negocios. Hoy por hoy Alemania apoya a Rusia como siempre lo ha hecho desde los tiempos de los zares. Alemania está interesada en marcar su influencia en los países centroeuropeos, del mismo modo que Rusia entre sus antiguos satélites soviéticos, y Francia en el sur de Europa.

Esta comunidad de intereses beneficia a todos ellos, y en le contexto histórico, no tiene visos de romperse, salvo que sucedan grandes transformaciones que hagan de uno de ellos tres una amenaza inminente para el resto. Podemos ver esta confluencia de intereses, por ejemplo, ante la comunidad anglosajona. Gran Bretaña y los Estados Unidos son en realidad potencias rivales de este eje, tanto en lo comercial como en lo político. Por ejemplo, durante la segunda guerra del golfo, fueron precisamente estas tres potencias las que mayores reparos y oposición pusieron a los planes de Bush.

Putin tiene un plan a largo plazo para hacer una Rusia grande y próspera. Para ello precisa lograr una gran seguridad económica para su nación y rehabilitar opertaivamente su fuerza militar, todo esto pasa por controlar la explotación de sus recursos naturales y su venta. Estos recursos se encuentran radicados en el Cáucaso y en oriente, el transporte de los recursos energéticos precisa de larguísimos gaseoductos y oleoductos que hoy han de pasar, antes de llegar a destino, por Georgia y Ucrania principalmente. Se da la circunstancia que estas dos repúblicas pugnan por escapar del área de influencia rusa, y pretenden entrar en la OTAN, es decir bajo el amparo de los Estados Unidos, que nunca ha dejado de intentar crear una serie de naciones colchón en el área fronteriza rusa, ejemplo de ello, es la reciente polémica generada a causa de la instalación del escudo antimisiles.

Rusia lleva tiempo apretando las tuercas a Ucrania, desde el intento de envenenamiento de su presidente, al más clásico estilo de la KGB, o el cierre del suministro de gas, con el fin de cobrar una deuda pendiente y estrangular su economía. Con Georgia ocurre algo similar, esta apoya subrepticiamente a los chechenos en su independencia, y Moscú contesta favoreciendo la separación de Osetia del sur y Absajia, amparándose en el error estratégico de separar Kósovo, que ha sentado un peligroso precedente en el contexto internacional, tal y como ha señalado machaconamente José María Aznar. Por tanto las reacciones de esta última crisis en Osetia del sur, son la consecuencia lógica de un largo plan de desestabilización programado por Moscú, plan al que la reacción de Georgia ha sido inevitable, como inevitable también ha sido la blanda reacción internacional, todo estaba previsto por Putin.

Pero esta crisis, desde un punto de vista global, es una apuesta y un test de Rusia frente a los EEUU y los gobiernos de mentalidad pacifista de la UE. Putin ha enviado un mensaje claro, -No toquéis mis posesiones, ni amenacéis el futuro de la gran Rusia-. Como es lógico Alemania ha cerrado el pico y deja hacer a su socio y proveedor, Francia representa el papel de mediador para evitar la participación de EEUU, logrando un alto el fuego que solo beneficia a Rusia, y el resto de la UE calla temeroso.

La política exterior de la UE, representada por el burócrata Solana, mantiene el pacifismo de Munich en los años treinta, y no pretende aprender de los errores de la historia, no paro de decirlo, la política de apaciguamiento solo hace más fuerte al agresor, y Rusia es bien consciente de ello. La federación Rusa se mueve en un marco moral y político que supone, una dimensión completamente distinta, en lo filosófico y en lo político, a la mentalidad de los burócratas de la UE. Para Europa el comercio, el Dios capital, es el mayor de los bienes, proveedor de riqueza, bienestar para el pueblo y democracia. Europa hoy en su corazón es luterana, atea y cobarde, ha bandonado sus raices y reniega de las lecciones de la historia. Como en los años treinta, del siglo pasado, la prosperidad bloquea los instintos del ciudadano y de sus políticos, siempre fieles reflejos de la sociedad a la que representan, se pierde la ambición de crecer y luchar por la existencia. Frente a esto Rusia tiene otros planes, y una mentalidad muy diferente, lo mismo que pasa con China, India, o los países musulmanes, que en el fondo son imperios depredadores, pues precisan del crecimiento y la expansión para alcanzar la gloria.

En un contexto mundial de una economía globalizada, una crisis energética en escalada permanente y con unos gobiernos occidentales sometidos al Dios capital, débiles y pusilánimes, se dibuja el retorno de una época de naciones fuertes que impongan su razón a las más débiles. Rusia controla la energía, tiene una mentalidad cesarista, precisa expandirse, y posee la fuerza moral y militar que se precisa para dominar a una UE, carente de principios éticos, de ambición, de unidad de destino, y de una base social con principios morales homogéneos y fuertes.

La UE es una comunidad de intereses, su unidad es nominal, no deja de ser una comunidad construida entorno a una unidad comercial, que ha adquirido un gobierno asambleario, donde cada nación pugna por sus propios intereses, y los burócratas y lobbies industriales, campan a sus anchas.

Europa no es, ni será, una nación, y solo una nación, con un pueblo homogéneo y un plan de futuro pueden sostenerse en el contexto internacional. A pesar del capitalismo y la globalización el mundo no ha cambiado tanto y la historia tiende obstinadamente a repetirse. La UE es un gigante con los pies de barro, sin un ideario moral común, poblada de razas heterogéneas, dispares y con intereses, moral y religiones divergentes y hasta enfrentadas, sus políticos no dan la talla de estadistas, y no cuenta con una fuerza militar más allá del plano nominal. Rusia es justamente la antítesis de Europa, y si esta se cruza en su camino el destino es inevitable.

Europa, una vez más, ha demostrado su debilidad traicionando a Ucrania y Georgia, como ya en otra ocasión lo hizo con Checoslovaquia y Polonia, nada se ha aprendido del último siglo, y lo peor es que no tenemos nigún Churchill al que acogernos. Europa no tiene la fuerza moral de una nación, solamente una retórica hueca de la que es bien consciente Putin, y Estados Unidos está en pleno proceso electoral , con sus fuerzas comprometidas en Afganistán e Irak, y los ojos puestos en Irán, Corea, China y demasiadas partes del mundo. Miel sobre hojuelas.

Mientras los filósofos de cabecera europeos sigan siendo los pacifistas, nihilistas y relativistas en lo moral, que nos alejan del cristianismo y de la realidad que manifiesta tozudamente, a lo largo de la historia, que la guerra es un fenómeno social histórico, y consustancial a la esencia humana, nos abocamos a un oscuro pero muy conocido callejón. Rusia no es solo un gigante territorial, lo es en lo moral, respecto a una Europa desnutrida en el plano filosófico y político. El escenario es inevitable y ya está diseñado.

viernes, 13 de junio de 2008

La libertad se hace hueco


JOSE MANUEL ARECES
Dos buenas noticias del día: Montse Nebrera ha recibido los avales suficientes para presentar su candidatura en el congreso regional del PPC frente al candidato de Génova, 13 (que no Rué del percebe, 13), Dani Sirera y el candidato de los "agarraos al partido de toda la vida", Alberto Fernández Díaz. Montse no es una apparatchik, y de hecho se le acusa de ser una outsider, parece evidente que en el PP prima más el pedigrí de familia, o los años chupando banquillo, que las ganas de meter goles y la ideología. Eso jugaba en contra de Nebrera en un partido hiperburocratizado, en el que las bases apenas pueden opinar, pero en este caso parece que puede haber milagro. Nebrera gracias a sus numerosas apariciones públicas, su participación en alguna reconocida terulia, y su talante claro y directo, se ha gando en poco tiempo el respeto de muchos afiliados.

La otra noticia es el no rotundo de los irlandeses al tratado de Lisboa. Un duro varapalo del pueblo irlandés, sensato donde los haya, contra la burocracia europea. Este referendum aporta no una crisis, sino otra oportunidad para que los dirigentes europeos se den cuenta que estan legislando de espalda a los ciudadanos y a favor de numerosos grupos de presión multinacionales. Quitando la burocracia y las cuestiones de mercado, Europa no tiene política exterior común. ni tan siquiera una identidad, salvo que se termine por aceptar que el humanismo cristiano, es por encima del comercio lo que más nos une.

Parecen ambas dos noticias inconexas, pero no lo son en el fondo, pues para el que sucribe, el triunfo de la libertad frente a los lobbys, y aparatos burocráticos que todo lo dominan siempre, es un respiro de aire fresco, y un motivo de esperanza.

martes, 27 de septiembre de 2005

¿Alianza de civilizaciones?


JOSE MANUEL ARECES
Recientemente estamos asistiendo a una ofensiva a la desesperada por parte del gobierno de Zapatero para hacerse con un hueco en la escena internacional. Tras los fiascos y precipitaciones de sus comienzos, tales como la retirada de las tropas de Irak, nuestro regreso sumiso y servil al eje Franco-Alemán, y la bajada de pantalones ante Marruecos, nos encontramos con que todo lo logrado en ocho años de difíciles gestiones internacionales para ingresar en la primera división de la política mundial, se ve, no frenado, sino desechado gracias a la vergonzosa actuación de este gobierno que nos ha llegado a golpe de bombazo.

Es probable que este análisis pueda parecer alarmista, derechoide y patriotero, pero vamos a desentrañar los hechos y llamar a las cosas por su nombre, y apliquemos una visión global. España, como cualquier otro país se encuentra sometido a los bamboleos y tejemanejes internacionales, la escena en la que vivimos, supone que cualquier suceso que ocurra en la más remota parte de este planeta tiene una repercusión internacional, es decir global. En este sentido estamos, por una parte, en una comunidad de naciones, la unión europea en la que diariamente se dirimen cuestiones que pueden afectar completamente al rumbo de nuestra economía y por ende a nuestra sociedad en conjunto, hábitos de vida y capacidad de desarrollo, y de otra nos encontramos supuestamente entre las naciones que defienden la libertad y la democracia a escala mundial.

Hasta hace un año escaso logramos, en el contexto europeo, adquirir una posición, en conjunto con otras naciones de nuestras mismas características, que nos permitían bloquear las decisiones que afectaran negativamente a los países menos desarrollados y con menor población, evidentemente esto no gusto ni a alemanes ni franceses, por otra parte asumimos un riesgo, y nos embarcamos con todas las consecuencias en la guerra de Irak, con el fin de suprimir de la escena a Sadam Hussein y participar en una operación de mayor calado para reestabilizar la región y poner freno a gobiernos que combaten abiertamente a la democracia y la libertad en nombre de una religión mediante la acción del terror como arma estratégica.

Estos gobiernos financian acciones terroristas en el exterior con el objeto de salvaguardar su infame sistema de maltrato a la mujer, de fomento de la pobreza, el clasismo y en definitiva de sostenimiento de una sociedad feudal, todo ello con la excusa de la salvaguarda de su fe islámica. Finalmente sufrimos un vergonzoso y postrer acto de una ambiciosa y taimada estrategia de años, por parte del gobierno marroquí, con la invasión de un islote de soberanía nacional. Este órdago del gobierno Alauí recibió una contundente y limpia respuesta del gobierno de Aznar, que recuperó dicho territorio, devolvió el status quo y lanzo un claro mensaje a los marroquíes de que con España no se juega más, jamás olvidaré aquel día, a pesar de las protestas del PSOE, ver a muchos españoles en nuestras calles andar con la cabeza bien alta.

Todos estos hechos, en resumidas cuentas, suponen una clara estrategia de demostrar con firmeza que España tiene su hueco en el contexto internacional y que merece un respeto, que el hecho de que seamos pequeños, pobres y del sur, no implica que no se nos deba tomar en serio. Hemos de estar más aplicados en la lectura de la historia y entender que la política de bloques es algo consustancial al desarrollo de las naciones, que las alianzas y la desestabilización del competidor forman parte del ABC de la política exterior, así a sido y así será, per sécula in seculorum.

Cualquier visión pacata, enana e ilusa, como la que caracteriza a nuestro gobierno, solo nos traerá, en el gran juego del ajedrez mundial, pobreza, estrecheces y dependencia de otros que nos manejan para sus intereses y a los que solo importamos como mercado donde vender sus productos, como es el caso de los alemanes y franceses, cuando no, ataques directos por parte de otros ante los que siempre seremos sus enemigos, tal es el caso del gobierno de Marruecos, que nunca aceptará que le hayamos dado tradicionalmente sopas con hondas y que para colmo además de mantener nuestra presencia en Ceuta y Melilla, apoyemos intermitentemente al pueblo Saharaui en su justa reivindicación por recuperar su país ocupado desde 1975 por Marruecos, de manera ilegal.

Así están las cosas, y ahora nuestra ultima gran baza es proponer una Alianza de civilizaciones para solucionar el problema del terrorismo con la receta de mucho talante, comprensión y amor. Este Zapatero se columpia. ¿Cómo puede ser tan ingenuo al pensar que a los señores terroristas se les puede llegar con comprensión, concesiones y palmaditas en la espalda?, ¿Piensa acaso, que a los que defienden un mundo sin libertad ni los más elementales derechos se les puede tender la mano?, ¿Espera Zapatero, tal vez, que países que pelean por defenderse de ataques suicidas acepten semejante propuesta?. Evidentemente mas de uno está dando palmas y no puede creer en su suerte, tales son los casos de Cuba, Venezuela, Marruecos e Irán, por poner algunos ejemplos de grandes democracias mundiales que se beneficiarían de este balón de oxigeno ofertado por ZP.

Verdaderamente me amarga pensar, que nos toque volver a las épocas de andar con la cabeza gacha y recibiendo limosnas como nación, solo porque a este servidor de los intereses de Francia, se le pague su traición con unas fotos y algún premio por ceder en nuestros derechos e intereses en el contexto internacional.

lunes, 26 de septiembre de 2005

Deconstituyendo Europa


JOSE MANUEL ARECES
Dicen que el tiempo siempre todo lo aclara, y curiosamente en el caso de la chapucera, burocrática y elitista constitución europea, así está sucediendo. Lo más curioso es que el primer revés lo haya sufrido en Francia. Los recientes resultados en el referendum para la aprobación de la constitución europea me estan demostrando dos cuestiones: la primera es que comienzo a recuperar mi estima por el chovinista pueblo francés (sin que sirva de precedente), y la segunda es que los españoles (muy especialmente nuestra clase política) vivimos aquejados de un permanente complejo de novatismo que nos hace presentarnos a cualquier cuestión europea como los niños que piden un caramelo a papá.

Cierto es que gracias al esfuerzo del complejo gubernamental y de numerosos medios de comunicación, del referendum celebrado en España nos queda el recuerdo de que fué aprobada, pero la realidad es que la abstención fué la más alta de todos nuestros procesos electorales, convendría revisar esta cuestión, pues unido al resultado Irlandes y al reciente bofetón galo, no cabe duda que los ciudadanos europeos no estamos contra la unión, pero si contra otra superestructura burocrática que se sume a las que ya sufrimos cada cual en nuestras naciones.

Resulta ejemplificador el alarde de los franceses en este plante realizado a sus dos grandes partidos nacionales, no es que los franceses se hayan vuelto lepenistas de repente, simplemente es que no aceptan una europa antisocial, burocrática, extremocapitalista, y desde luego aun menos, admiten dejar de existir como nación, porque ahí si nos dan un ejemplo y sopas con ondas a los españoles, ya que somos el único pueblo europeo que anda con complejos a la hora de decalarar su patriotismo, evidentemente excuso excesos futbolísticos y otras manifestaciones folkloricodeportivas.

El verdadero patriotismo consiste en estar orgullosos de lo nuestro y querer lo mejor para cambiar lo que funciona mal en nuestra tierra, en desear prosperar con el vecino y tratar de tu a tu a las naciones más grandes. No voy a caer en el patrioterismo, ya digo que el folklore no es lo mío, no voy a recomendar que cada cual salga con un pin de la bandera nacional a la calle ni dislates parecidos, porque entonces estaría hablando de un patriotismo como el que denostó Oscar Wilde, al decir que el patriotismo es el ultimo refugio de los canallas. Francia una vez más, a través de los ciudadanos, como hizo en su revolución, da un ejemplo colectivo de que los ciudadanos pueden cambiar la historia, a nosotros eso se nos a olvidado, aunque hubo un tiempo en que también cambiamos el mundo a través de nuestras decisiones colectivas de manera consciente.

Lo cierto es que España, Europa y el mundo en general, se encuentran en una encrucijada histórica, de esas que marcan para un siglo en adelante. Hemos asistido a la caida del comunismo, que por una parte era el demonio a vencer, pero también un contrapeso político y filosófico frente al capitalismo, y de repente nos encontramos viviendo en un mundo con un único sistema políticoeconómico sin un antagonismo, esto no es bueno, del mismo modo que no es coveniente vivir sin un crítico que nos recuerde nuestros defectos, máxime cuando estamos yendo a un mundo sin fronteras ni aranceles, pero en el que las desigualdades sociales estan marcando injusticias que serán dificiles de solucionar, puede que a la mayoría nos parezca que no nos afectan esas grandes cuestiones, pero pondré unos ejemplos para demostrar hasta que punto nuestros destinos estan ligados a los de franceses, egipcios, chinos o argentinos.

La importación exagerada de productos textiles chinos baratos, procedentes de fabricas en las que se explota a los trabajadores, tiene dos consecuencias; una, compramos ropa más barata, dos se cierran fabricas en España. La guerra del golfo provoca una subida del crudo de más de diez dolares, consecuencia; perdemos capacidad adquisitiva, poemos viajar menos o comprar otras cosas. Un grupo terrorista de otro país perpetra un atentado en España, en jornada electoral, para cambiar el resultado de la urnas y demostrar a la comunidad occidental que pueden matar donde y cuando quieran. Me temo que a la vista de estos breves ejemplos debemos comenzar a asumir que no estamos solos, que debemos preocuparnos por lo que sucede en otras partes, porque nos afectará, y que las consecuencias de nuestros actos colectivos, incluidas nuestras compras pueden afectar a muchas personas. Se demuestra la teoría que dice ,que el aleteo de una mariposa en china, puede provocar un terremoto al otro lado del mundo.

La unión europea es algo imparable y forma parte de nuestras vidas cotidianas, gran parte de la legislación bajo la que vivimos ya procede de europa, por tanto debemos empezar a pensar en estos temas porque nos afectan de lleno, y no debe bastarnos con lo que nos digan los políticos en función de sus intereses, ya que no suelen coincidir con los nuestros. Del mismo modo que nuestros actos de compra pueden hacer caer o subir una empresa, nuestro voto, decisiones y opiniones son claves para cambiar las cosas. Debemos, en fin, mirar alrededor y decidir en que mundo queremos vivir, si, porque se trat de eso, nada más y nada menos, este momento de la historia nos afecatrá a todos y especialemente a los que nos sigan, y parafraseando la anteriro frase de Wilde; la pasividad es el refugio de los más idiotas.