martes, 17 de agosto de 2010

De candidatos y otras serpientes de verano




JOSE MANUEL ARECES DE ÁVILA.- Editor El Reformista

Como todos los veranos los medios de comunicación se pueblan de informaciones tales como; accidentes de tráfico, las vacaciones de la familia real, y políticos de cierto renombre, incendios, y las siempre inevitables serpientes de verano.
La primera serpiente, o más bien culebrón de la temporada ha sido, sin lugar a dudas, la prohibición de la fiesta nacional, por españolista, en el paraíso nazi catalán. El objeto para lanzar esta serpiente era, sin duda, tapar las verdades de los casos Palau y Pretoria de financiación ilegal, así como intentar movilizar a los cuatro independentistas radicales de turno, para dar un poco de ambiente e intentar evitar la brutal abstención, que se prepara de cara a las elecciones en esta región española. En esta convocatoria electoral el Tripartito se juega mucho dinero, porque al final se trata de eso; del poderoso caballero que decía Quevedo. Se trata de los 14 sueldos de la mujer de Montilla, de los sueldos de diputados nacionalistas que viven del fervor patriótico, del coche oficial y las ventajas del poder, en fin, nada nuevo bajo el sol.
Otro culebrón que ha venido a dar cierta vida a las portadas, para cubrir la segunda quincena de agosto, es sin duda la de la pelea por las candidaturas a las regionales madrileñas y asturianas.

En el PSOE de Madrid algunos han sacado la faca de 14 muelles, y han puesto cara de perro, para disputar la candidatura para ocupar el despacho presidencial en la Puerta del Sol. El actual presidente de la Federación socialista madrileña, Tomás Gómez, viendo las maniobras de Ferraz para levantarle la silla, se ha adelantado, pegando el primero, proclamando su candidatura, a lo cual han seguido una serie de declaraciones de dirigentes como Pepiño, o el propio Zapatero descalificando dicho paso adelante, y preparando la encamada del líder madrileño. Desde Ferraz quieren, desean, sueñan, con arrebatar Madrid a Esperanza Aguirre, y para su cumplimiento, las encuestas del aparato dicen que hay que poner por delante a otra persona. Lo cierto es que esas encuestas internas siempre han resultado muy sospechosas según quien las maneje en su propio interés, y viniendo de Pepiño, mal asunto. EL caso es que los del Bunker de la calle Ferraz, han lanzado a la arena a la siempre fiel Trini Jiménez, miembra del sector zapateril donde las haya, y a la sazón, una de las sonrisas ilustres del régimen. La Trini lo cierto es que solo ha lidiado en una plaza de primera en una ocasión, frente a Ruíz Gallardón en las municipales madrileñas, y salió de el envite magullada y apaleada por el respetable. Tal era su interés por la política municipal y por el pueblo de Madrid que a los pocos meses dejó el cargo y se fue a mejores destinos recompensada por su amo. De nuevo es llamada para un enfrentamiento de órdago a la grande, nada menos que para oponerse a Esperanza Aguirre, y presumimos que la Presidenta de la Comunidad de Madrid se la merendará en el primer encuentro. No sabemos si la Trini es lo mejor que tiene Zapatero para presentar, o que simplemente quiere cargarse a Gómez por tener la descortesía de no haber consultado al oráculo de la Moncloa. La democracia interna de los partidos es así; las bases no cuentan, y solo es válida la opinión de asesores, mandados y mandatarios de círculos reducidos muy próximos al poder. El papel de los afiliados solo es admitido y deseado para el pago de cuotas, la asistencia como palmeros a mítines y saraos, o la pegada de carteles, en cualquier caso la mayor parte de dichos militantes son felices en ese papel, con lo que miel sobre hojuelas. El culebrón del socialismo madrileño, a buen seguro, dará para unos cuentos titulares, adormecerá nuestro interés por la realidad de la crisis económica y el paro, teniéndonos entretenidos un buen tiempo.

Esto de las candidaturas a las regionales también ha dado unas cuantas noticias en el norte de España. Hace unos meses que Francisco Álvarez Cascos se postuló para encabezar las listas del Partido Popular en Asturias, con un importante apoyo por parte de las bases del partido, que hastiadas de sufrir como un absoluto incompetente como Ovidio Sánchez fracasaba, impertérrito, una convocatoria tras otra, y así hasta tres, frente a las huestes de la izquierda cavernaria. En Asturias se vive la situación de siempre, unos pocos dirigentes, que tienen en sus manos todos los resortes del poder, cierran filas con el fin de mantener sus ventajas particulares, sueldos y beneficios frente al interés del común de los afiliados. Dirigentes que no han ganado nada per sé, y que disfrutan, al parecer, más de la comodidad de la oposición que de cumplir los destinos de un partido, que no son otros que ganar elecciones y gobernar. Los partidos solo sirven para eso, y cuando se convierten en chiringuitos para albergar a ociosos, segundones, vividores y mediocres que nada habrían conseguido por mérito propio en la vida real, solo les queda un destino: la oposición. En una sociedad civilizada y democrática este tipo de gente terminaría dimitiendo o siendo relegada, pero en el reino de los mediocres no es así, aqu trinfa el más tonto, veáse el caso Zapatero.

Álvarez Cascos vino con su postulación, a excitar los tranquilos ánimos de una casta dirigente que no esperaba tal huracán en su oasis califal, y han reaccionado como solo ellos saben, reuniéndose en comandita y fraguando un escrito para, de un plumazo, negar al de Gijón toda opción. Todo este enjuague se ha disfrazado con ciertos tintes de legalidad interna, ofensas y descalificaciones, y ha sido bien arropado por un melifluo Mariano Rajoy, que sin enseñar la patita, temía encontrarse en el norte con otro dirigente, que al estilo de Esperanza Aguirre, hiciese sombra a su menguante liderazgo. Da la casualidad en este caso que Cascos, que es bragado y astifino, y viene curtido de mil batallas, no solo no ha admitido el castigo, sino que en lugar de agachar el corvejón y salir por la puerta de atrás, bien calladito, ha decidido reunir sus huestes y plantar batalla.

En esta semana las muy oportunas declaraciones a favor de Cascos por parte de Nuñez Feijoo, Fraga Iribarne y Esperanza Aguirre han traído un balón de oxigeno a lo que ya parecía un caso cerrado, y tanto en la sede de Génova, como en la de Manuel Pedregal los nervios han vuelto a aflorar. No solo estos apoyos han echado leña al fuego, sino que los propios seguidores de Cascos, en claro desafío a Gabino de Lorenzo, (principal enemigo de Cascos) han organizado un acto invitando a las bases para reclamar la candidatura del ex-Ministro, en pleno Oviedo, feudo de De Lorenzo. El acto será similar a otros que se han organizado ya en distintos puntos de Asturias, como Avilés, Gijón y Villaviciosa. En estas dos últimas localidades tuvieron lugar después de que los responsables de las principales juntas locales del partido, de la dirección regional y de Nuevas Generaciones hiciesen público el polémico comunicado en el que vetaron la «hipotética candidatura» de Cascos. La reacción a esta iniciativa liderada por el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, fue una asistencia muy superior a la prevista por los organizadores de estos encuentros -que incluían una espicha y eran de pago para los asistentes-, con más de 1.400 entradas vendidas en Gijón y 300 en Villaviciosa. Todo un record de asistencia para lo que es el PP de Asturias y encima a escote.

Este domingo pasado, en un homenaje celebrado en la localidad leonesa de Valencia de Don Juan, Cascos salió de su silencio, y solicitó clara y públicamente a Rajoy su apoyo para su candidatura a las elecciones en el Principado de Asturias, según afirmó refiriéndose a la grave situación que atraviesa España “en Asturias el reto es aún más apremiante”. “Tenemos que recuperar el orgullo de ser asturianos, que ahora solo depende de los goles de Villa o de los triunfos de Alonso. Porque somos una región viva, con historia y con futuro, que debe de convertirse en protagonista de la modernización de España. En dos palabras: lo necesita Asturias para levantarse, y lo necesita España para ser mejor”. En una acción calculada, Cascos despreció a la dirección del partido en Asturias y puso la pelota en el tejado de Rajoy, forzándo al pontevedrés a mojarse por una vez.

La polémica está servida, y como en el caso del PSOE madrileño, lo mejor y más sano, es que los propios afiliados de ambos partidos fuesen directamente, y sin intermediarios interesados en cuestiones particulares, los que decidan cual es su candidato preferido. Estos espectáculos de peleas por el poder ensombrecen completamente la imagen de candidatos elegidos a dedo, y solo democráticamente y en buena lid, presentando sus curricula, programas, e ideas ante la militancia, es la manera en la que, poco a poco, podremos disponer de políticos con cierto talento al frente de nuestras instituciones públicas que nos saquen de este imperio de la mediocridad en el que nos hemos instalado. Nada refuerza más la imagen de un candidato que haber vencido en unas primarias, que no en congresos a la búlgara por aclamación de unos cuantos paniaguados. En democracia la opinión, y la decisión final, solo y siempre han de ser de la mayoría, y nunca de cenáculos, grupitos, cofradías o pandillas influyentes.

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