lunes, 26 de abril de 2010

Zancadillas a la glorieta de Campmany



Desde que en octubre del año pasado se aprobó en el pleno de la Junta de distrito de Salamanca la excelente, y en honra, justa idea de nombrar una glorieta en recuerdo del insigne periodista Jaime Campmany, la iniciativa se ha quedado en eau de borrages gracias al bloqueo impuesto por la progre concejala de ese instrumento tan hortera y pretencioso al que llaman no sin cierto autobombo, área de las artes. La titular, una tal Alicia Moreno Espert, que pasa por ser una abanderada de todo lo kitsch, y ramplón está haciendo de Madrid la capital del cutrelux. Tras sufrir la movida madrileña de mano del viejo dictador, hoy nos tenemos que tragar los desvaríos de esta homicida del buen gusto.

Como la señora procede de la izquierda, supongo que por aquella necesidad de Gallardón, de rodearse de una corte de lo más variopinto de la progresía rancia, para cantarle alabanzas y madrigales de una liberalismo que jamás le adornó. Madrid es un dechado de agujeros, goteras, barricadas y fuentes con chorrito desde que nos gobierna ese permanente homenaje a si mismo que es el Señor Alcalde. Aparte de la marca en el carné, no se por dónde podemos encontrar un resquicio de maneras del centro derecha en este personaje. Un tipo que deja a los ciudadanos con una deuda descomunal, malgasta en árboles de navidad dignos de una pesadilla cubista, hunde a los comerciantes bajo tasas y escombros, persigue a los concejales coherentes y publica bandos y filtraciones en el diario de Prisa. Un dechado de virtudes.

En fin como decía a esta señora se le ha puesto en l´Arc du Triomphe, que el laureado Jaime Campmany era un homófobo y una fascista y está poniendo toda clase de trabas para que no se ponga en justicia su nombre a una glorieta. Me imagino que la muy bellaca peca más de envidia ante un totem de nuestras letras, que del sentido común que con tanto afán buscamos entre nuestros políticos. Si por mi fuera nombraría no una glorieta sino una gran avenida con el nombre de nuestro augusto Campmany, y a la señora de las malas artes, la devolvería al círculo de Bellas artes o a cualquier otra Cheka de su gusto.



El próximo jueves se celebrará un pleno del ayuntamiento en el cual se debatirá esta propuesta del distrito representado por Iñigo Henríquez de Luna y confiemos en que la cordura triunfe por una vez en la cueva de Gallardón.

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