sábado, 13 de febrero de 2010

La hora de la verdad para Rajoy



JOSE MANUEL ARECES.-
Cerramos la semana de este segundo año triunfal de la crisis zapateril con una serie de noticias, que no precisamente por relevantes, sino más bien por repetitivas y machaconas, auguran más de lo mismo para los meses restantes si Dios no lo remedia.

España en crisis, no ya económica, sino institucional. Mentideros, tertulias y columnas periodísticas han dado mucho eco a las palabras de Juan Carlos de Borbón sobre la conveniencia, y casi la necesidad, de un gran pacto de estado que permita afrontar la salida de la crisis económica. Esta llamada del Jefe de Estado, evidentemente dictada desde la Moncloa, ha intentado levantar de sus sillones a sus señorías, los mandamases del PP, y enfrentarles de nuevo a sus complejos patrióticos, ¿el objetivo final?; el apoyo sin fisuras a cualquiera de las locuras que puedan pasar por la fértil mente del inquilino del Páis de las Maravillas, a la sazón Presidente del Gobierno de España, un tal Rodriguez, ya saben. Por su puesto en el PP las reacciones han sido las esperadas, con casi seis puntos de ventaja en las encuestas, y un Rajoy que se cree la reina del baile, la respuesta evidente es haga usted el trabajo y húndase con su orquesta. Reacción lógica por otra parte, los socialistas si no se salen con la suya acusarán de antipatriotas a los populares y mientras aquí no pasará nada nuevo y refrescante. Una movida más de las muchas que ya conocemos, la cuestión es rellenar titulares, distraer la atención del personal e ir entreteniéndole en tanto venga el milagro.

En el PSOE, en concreto los Rodriguez y su círculo asesor, no piensan ejecutar medidas impopulares salvo caso de extrema emergencia nacional, llámese 6 millones de parados, y en el Partido Popular solo quieren movimientos a dos años vista. Rajoy ha sido claro en su habitual y cómoda postura de hombre que espera el maná; ni moción de censura ni nada que suponga esfuerzo o posible merma de imagen personal. Entre los muchos complejos que adornan a los dirigentes populares, que no a su fantástica militancia, se encuentra el temeroso recuerdo de la moción de censura de Hernández Mancha. Rajoy piensa para sí mismo, que vive demasiado bien como para permitirse perder dicha moción. Por lo contrario, el que les escribe estas líneas opina que en esta grave situación de emergencia nacional, se precisan al menos gestos de valor, pasos adelante, propuestas de gobierno concretas y serias, en definitiva cierta gallardía por parte del que es, no ya el principal partido de la oposición, sino la clara alternativa de gobierno a la vista de los sondeos. En esta ocasión el famoso juego de los tiempos de Rajoy no viene al cuento, no es cuestión de supuestos intereses tácticos, no señor, es cuestión de que se ha de trabajar por y para el pueblo español, se trata de patriotismo y se trata también de vergüenza torera, de honra, se trata en fin, de lanzar el guante a las narices del oponente. La cuestión no es ganar o perder la moción de censura, sino echarle lo que el señor Rajoy no tiene ,y darle al señor Zapatero hasta en el carnet de identidad, como vulgarmente se dice. Porque a veces más vale perder en un acto de honor, en virtud de la nación, que mantenerse a base de pullas fútiles a la espera de las elecciones generales.

Puede que resten dos años aún para dicho encuentro electoral, pero España lleva otros tiempos, aquí la necesidad acucia y exige medidas. Más vale honra sin barcos que barcos sin honra señor Rajoy, rajao le llaman ya en los mentideros. La moción de censura es un gesto de cara a los españoles para, sabiéndose perdedor en votos de sus señorías, hacerse a cambio con los votos de la calle, que son los que al final contarán. Como se puede ver, el supuesto sacrificio bien merece la pena. Ese gesto tiene varios efectos posibles, levantará los ánimos de su muy afligida y desorientada militancia de una parte, y de otra proporcionará esperanzas, ilusiones, y la firme convicción a los votantes, de la existencia de una alternativa firme y comprometida, liderada por un hombre que antepone los intereses de los ciudadanos a los intereses tácticos del partido, y muy especialmente de su melifluo y gris liderazgo. Para este gesto imprescindible, que las críticas circunstancias exigen, se precisa de un hombre a la altura de las circunstancias, por ello lo que se pregunta la gran mayoría de la derecha, y muchos posibles votantes, es lo siguiente: ¿tiene usted lo que hay que tener señor Rajoy, o solamente es otro político del montón?.

Puede que su gris talento no pueda verlo, pero esta es su oportunidad señor Rajoy, y estas, tienen la mala costumbre de no presentarse por dos veces. Esta es su hora de la verdad.

2 comentarios:

Mariazell dijo...

Buenos días. Digo yo, que a lo mejor sería una pérdida de tiempo intentar una moción de censura que de antemano está perdida. Tendrían que ser más agresivos, Rajoy and co., pero en algo más práctico, no sé. La verdad es que no lo tienen fácil, no?

Aintzane dijo...

Hola José Manuel. Pues sí, es una situación de emergencia, de la cual Rajoy, desde luego, no nos va a sacar. No discuto que haya gente valiosa en el PP que sabe muy bien lo que hay que hacer, pero todo se pega, menos la belleza, suelen decir... Y al incauto, por no decir otra cosa, de Rajoy se le han pegado las maneras de ZP en cuanto a quitarse de en medio a aquellos que le pueden hacer sombra. Y así no hay manera.CRISIS DE LIDERAZGO es lo que hay. Y mucha ORFANDAZ entre la gente de a pie.