martes, 29 de septiembre de 2009

Las niñas góticas


JOSE MANUEL ARECES-.
La verdad es que no pensaba entrar al asunto de opinar respecto a las hijas de un tal Rodríguez, a la sazón, Presidente del gobierno de Ex-paña. No quise entrar en el tema, como digo, porque opino que bastante rastrera es la política como para meter a la familia. Suelo opinar cuando se beneficia a hijos, esposos o parientes cercanos de manera poco honrosa, en ese caso sí. Por tanto no voy a reproducir las fotos de las niñas, que por otra parte me parecen horrorosas (las fotos), pero eso es culpa de su santa madre, que parece tener poca aversión por el goticismo, o por las vistas de las susodichas a manifestaciones como las del orgullo gay, eso queda dentro de la potestad de los padres. Porque eso es lo que vengo defendiendo en estas páginas hace tiempo, el derecho de los padres a la educación de los hijos, en contra de lo que pretende el modelo de estado socialista, creo que los padres asimismo deben defender la privacidad de sus retoños y desde luego decidir si su hija menor aborta o no. Esa es la potestas que defiendo para los padres. A pesar de la manía que tenemos en este país de pensar y actuar como si todo lo que viene de atrás fuese malo, pienso por el contrario que hay tradiciones y formulas, instituciones como la familia que si perviven es porque son la mejor solución para el ser humano.

Por ello creo que es muy bueno saber separar la paja del grano, y discernir entre aquello que necesita cambiarse y lo que no. El progresismo mal entendido del socialismo es un modelo de arrasar con todo lo de atrás, porque sí, no hay más razón. Hacer limpia completa, la política de la tierra quemada, para construir una nueva sociedad, cuando esta no tiene problemas, más allá de los que crean los políticos con su mal concepto de progreso. Como decía Groucho, el único Marx soportable de este mundo: La política es el arte de crear problemas allá donde no existen. Pocos políticos conozco que solucionen ningún problema real, prefieren meter sus manos allá donde algo ya funcionaba bien.

España lo que precisa es que se arregle el fiasco de unas autonomías que no sirven más que para generar gasto, España necesita una política educativa de consenso que apueste por la libertad de los padres, el mérito y el esfuerzo, España precisa un cambio de política económica que no grabe al ciudadano, que fomente el emprendimiento, que deje a la sociedad encontrar su propio cauce y que fomente la libertad. Los españoles no precisan más subvenciones sino más libertad para actuar y decidir, el estado ha de estar sometido al común de los ciudadanos y no lo contrario como ahora sucede.

En fin que las niñas de Zapatero no me interesan, puede que si prefiera hablar sobre los que ha costado el viaje para Sonsoles y las niñas en avión del ejército del aire, más gastos de ocio. Lo único que me interesa en estos momentos es la política suicida del gobierno a la hora de subirnos los impuestos, reducir nuestra capacidad adquisitiva, fomentar el fraude, la economía sumergida y el empobrecimiento general. Impuestos que se suben no para ser más solidarios con los que más necesitan, sino para tapar los agujeros de este gobierno derrochador. Espero unas palabras de la ministra de economía para explicar exactamente donde se aplicará el recorte del gasto, porque de momento solo he oído que a todas las comunidades autónomas se les subirá el presupuesto, que se gastará más en subsidios, que se suben los sueldos de los funcionarios y de hecho que se piensa ampliar la plantilla de estos, en cien mil más.

Creo que el debate no reside en cómo son las niñas de Zapatero, sino en quien es su padre, y lo que nos está haciendo a todos. Si me lo permiten los lectores, prefiero soslayar las cuestiones folklóricas y mantener mis colmillos en la yugular de los problemas reales.

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