sábado, 1 de marzo de 2008

Derecho moral a opinar de la Iglesia


JOSE MANUEL ARECES

Andan estos días levantiscos los socialistas y sus socios de IU, BNG, CIU, ERC, PNV, y demás caterva de moralistas prógres. Andan levantiscos porque les choca, al parecer, que la Conferencia episcopal española emita una opinión moral a sus fieles, recordándoles a quien conviene votar en estas elecciones.

Pero ¡hombre!, ¿no pensaría la legión prógre que después de perseguir a los católicos, inmolar cualquier vestigio de profesión de fe en nuestros escolares, adular al muslime, sacar a De Juana de la cárcel y patear el orgullo de la nación española, la jerarquía católica les iba a dar la bendición?. Vamos a ver, sean coherentes los señores del PSOE, no pueden andar toda la legislatura persiguiendo curas, promulgando leyes que atentan contra la moral católica y luego esperando el voto de los fieles a Roma.

Lo más curioso de la “moral” de nuestros gobernantes es lo sinvergüenzas que son: tachan a la curia de integrista: ¿y que es el integrismo?. ¿Acaso pueda ser que se favorezcan leyes como la que impulsa el gobierno Catalán, que prohíbe celebrar Misa, y reunirse para hablar de religión, sin una licencia municipal?., ¿no será, tal vez; integrismo moral, el hecho de que el Colectivo de Jóvenes feministas y la Plataforma andaluza de apoyo al Lobby europeo de mujeres, hayan proclamado una campaña denominada: “Otra Forma de Hablar”, mediante la cual debemos expresarnos diciendo: mi marida, hembra, en lugar de miembro, o trabajadora del hogar en lugar de ama de casa, Etc?. Me parece que de integrismo, y de intervencionismo sobre la moral también podríamos hablar, cuando recordamos como el gobierno andaluz ha dictado un decreto, para organizar los juegos de los niños, con el fin de estimular no se, si el hermafroditismo o ampliar la confusión que ya aplasta a nuestros pobres infantes. El hecho de que Izquierda Unida reclame la conversión de la catedral de Córdoba en mezquita parece que tampoco merece más comentarios. ¿Y que decir de que el BNG y PSOE subvencionen las lápidas funerarias en lengua gallega?, ¿o que se multen los comercios catalanes y gallegos que no rotulen o publiciten en las lenguas regionales?. ¿No es esto integrismo?. Blanco y en botella amigos.

Resulta curioso el afán de nuestros políticos del lado progre por pontificar y meterse a adoctrinar moralmente a la sociedad, con el único fin de crear un estado totalitario plagado de mentes estrechas y adoradores del pensamiento único, cuando no soportan la intervención de la sociedad civil en política, no aguantan la voz discrepante, salvo la adulación de sus colectivos afines, aquellos que los jalean; bien sea por concomitancias ideológicas, o fines más pesebreros. Porque resulta muy gráfico que al gobierno le parezca mal que la iglesia haga recomendaciones a sus fieles, cuando aplauden, sin sonrojo de ningún tipo, que la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) pida a los españoles que "no voten al Partido Popular" en las próximas elecciones generales, al tratarse de un partido "profundamente homófobo que persigue el apartheid" de este colectivo. ¡VIVA LA IGUALDAD!. Maravilloso y sin comentarios es el caso de los titiriteros y sus petulantes himnos a la "alegría", acompañados de denuncias a esos millones de imbeciles que votan al Partido Popular,: muy respetuoso. Y desde luego si las recomendaciones en favor del PSOE vienen del púlpito musulman, ¡nada que decir!. Supongo que esto de debe de ser la famosa "discriminación positiva".

Aquí hay una guerra y no es solamente ideológica, sino que se combate en el terreno de la moral, y es precisamente en ese campo de batalla donde más tiene que decir la Iglesia Católica, ¿Quién si no?. La Iglesia, como cualquier estamento religioso trabaja sobre las almas y las mentes, justamente el campo en el que los prógres pretenden entrar, pero por la puerta de atrás, o sea; desde el mundo de la política; que supuestamente se debe ocupar de la gestión de lo público, no de nuestra moral, que es algo personal e intransferible, la esencia de nuestra libertad, como seres únicos e irrepetibles. Ahí está el escándalo pues el marxismo, me da igual de que tinte vaya dibujado, pretende uniformar a las personas, aplastar al individuo en favor del colectivo, matar el alma en favor de la supuesta razón del pueblo, razón que por supuesto no es colectiva sino dictada por una minoría: la aristocracia gobernante. Si no, vayan ustedes a Cuba o Venezuela a verlo, y luego me lo cuentan.

Si aquí alguien es antidemócrata, ese es nuestro gobierno, y toda la recua sobre la que se apoya. ¿Cómo se atreve Zapatero a decir que los obispos pretenden utilizar el terrorismo, cuando es precisamente él, quien lo utilizó y lo utiliza en favor de sus intereses de poder y gloria?. No basta con que los socialistas mal administren nuestros bienes, y gasten un Potosí en propagar como un virus su nuevo régimen, sino que además necesitan de los púlpitos para adoctrinar a la masa.

Vivimos tiempos que traen a las claras ecos de un cambio de régimen, hay una guerra pública y patente, declarada formalmente, por definir en que país vamos a vivir. Pagamos hoy los errores del ayer: una democracia nacida al impulso de una transición que erró de largo el tiro, al admitir las demandas de separatistas y radicales marxistas, la UCD se pasó del demócrata, al bando del miedo, y por evitar problemas realizó concesiones que hoy estamos pagando. Así lo declaran en estos últimos años padres de la constitución como José Manuel Otero Novas o el reciéntemente desaparecido Gabi Cisneros.

Si definitivamente ha de llegar un cambio de régimen; sea, pero a favor de la libertad individual, y esa libertad incluye el derecho a decidir la educación de nuestros hijos, el derecho a optar por una fe y a vivir con ella públicamente, sin persecuciones moralistas, el derecho a opinar como individuos más allá de las convocatorias electorales, en todo momento, a ser críticos con el poder establecido si así nos viene en gana. El estado no puede ir más allá de la barrera que supone administrar y debe favorecer las libertades individuales y colectivas. La ley debe respetar los derechos de cualquier colectivo o minoría: siempre y cuando no atenten contra la mayoría, como es el caso de la imposición lingüística en Cataluña, País vasco o Galicia. Y el estado debe proteger por encima de todo el derecho a la vida y la seguridad de los ciudadanos, no se puede imponer la cultura de la muerte, sin dar alternativas a la vida del nonato, cuando hay tantas y tantas parejas demandando adopciones, no se puede dar amparo de ningún tipo al asesino, ni reconocer o aceptar razones morales o políticas, el asesinato no depende de una ideología, es un delito, y punto. El estado debe garantizar la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadanos sea cual sea la región en la que residan, una justicia única y ciega que no distinga entre poderosos, políticos y resto de los ciudadanos. El estado finalmente debe favorecer el acceso a la educación, pero es la familia, son los padres los que tienen el derecho inalienable de decidir la educación moral de sus hijos. Porque tenemos una confusión de conceptos, el ciudadano elige, el ciudadano paga, no paga el político, este solo administra y su poder es temporal y exclusivamente terrenal.

Ese es el régimen por el que lucho, en el que un día desearía vivir.

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